En los últimos años ha incrementado el número de trabajadores que reciben sus ingresos por trabajos temporales o por encargo. Esta forma de trabajar se ha vuelto muy popular porque le ofrece a las personas una gran flexibilidad de horario y mayor comodidad, pero los deja en un estado de vulnerabilidad frente a varios riesgos: pérdida de ingresos, accidentes, incapacidad, ahorro para el retiro y responsabilidad civil.

 

Los gobiernos deben trabajar en conjunto con las aseguradoras para proteger a este tipo de trabajadores, rediseñando las estrategias de protección y garantizando su seguridad en caso de algún imprevisto. Para satisfacer las necesidades del nuevo espectro laboral, el sector asegurador debe ver en la innovación a su mejor aliado para hacer aún más fuerte su cadena de valor.

 

Superar la brecha de protección es un gran reto por superar, no solo para las aseguradoras, sino también para el gobierno y la sociedad, porque urge proteger a los trabajadores temporales, al menos en el nivel más básico. Mediante la ampliación de los grupos de riesgos, los gobiernos pueden cuidar a sus ciudadanos de catástrofes financieras y darles una protección extra, además de la obligatoria seguridad social, que en la mayoría de las casos es sumamente limitada.

 

La pandemia consolidó y aumentó el número de los trabajadores temporales, pero igualmente confirmó la tremenda vulnerabilidad a la que están expuestos, por lo cual las compañías deben tomar las medidas adecuadas para mitigar su exposición al riesgo y seguir algunas importantes recomendaciones: el gobierno debe buscar formas de ofrecer beneficios; las aseguradoras deben explotar el incremento en el número de asegurados, como resultado de la pandemia e innovar con productos específicos para trabajadores temporales.

 

Fuente: El Asegurador