Reducir la complejidad de sus procesos, hace más competitivas a las aseguradoras

Ofrecer el mejor servicio siempre ha sido uno de los principales objetivos de las aseguradoras, pero ahora los niveles de excelencia deben ser aún mayores, sobre todo por la digitalización y por el cambio en los hábitos de los usuarios. La complejidad de los procesos se ha convertido en una amenaza para la competitividad de las compañías, porque el cliente es mucho más exigente,  busca un servicio personalizado, que compagine con su estilo de vida y tener una experiencia sencilla.

 

El incremento que se avecina en la demanda de aplicaciones digitales pondrá en aprietos a las aseguradoras, por lo cual deben contar con el mayor número de canales de distribución posible conectados entre sí para disponer de una gran capacidad de interacción con todo tipo de usuarios que esperan un servicio omnicanal.

 

El sector en general tiene la obligación de no rezagarse, y para ello es necesaria la automatización de sus procesos, así como tener recursos humanos actualizados y con los conocimientos tecnológicos adecuados. Las aseguradoras deben dirigir sus esfuerzos y recursos hacia el terreno de la digitalización .

 

Los hábitos de consumo actuales buscan experiencias innovadoras con buenas propuestas de valor que resuelvan necesidades de forma puntual y eficiente. La disrupción es fundamental para conseguir los cambios que el sector requiere, sobre todo después de la enorme lección que ha dejado la pandemia, pues obligó a las aseguradoras a enfrentarse a una situación inimaginable y a superar el gran cúmulo de retos que se originaron a partir de ella.

 

Las aseguradoras se enfrentan a un contexto completamente distinto al que existía antes de la pandemia, por lo cual deben mostrar su compromiso para cambiar en favor de la sociedad, porque si quieren cubrir con éxito las demandas actuales, ya no es posible ni sostenible que continúen operando bajo el modelo tradicional: la disrupción es el camino.

 

Fuente: El Asegurador