Una calificadora es una agencia que difunde y fortalece el tema de disciplina de mercado, además constituye un tercero independiente, cuya principal función es analizar los aspectos claves de cualquier empresa.

La única agencia calificadora especializada en la industria aseguradora es A.M. Best. Para emitir calificaciones en materia de fortaleza financiera y crediticia de emisor, la agencia estadounidense basa todos sus análisis en tres pilares: fortaleza del balance, desempeño operativo y perfil del negocio. Y también toma muy en cuenta la capacidad de administración de riesgos de la compañía que se esté calificando. El riesgo país y su repercusión potencial en los pilares previamente comentados, se decreta caso por caso para cada una de las compañías de seguros que se evalúe. A.M. Best categoriza al riesgo país en cinco niveles, donde el riesgo más alto es el CRT-5 y el menor es el CRT-1. Nuestro país tiene la categoría CRT-3 desde hace más de diez años.

Cuando A.M. Best realiza la evaluación del riesgo país toma en cuenta el riesgo económico, político y de sistema financiero. En lo que a riesgo económico se refiere, la agencia toma en cuenta el estado de la economía nacional, el de las finanzas públicas, el crecimiento esperado de la economía y otros factores importantes. En riesgo político se analiza la estabilidad gubernamental, las relaciones internacionales, la fuerza del estado de derecho y la eficiencia de la burocracia y las políticas gubernamentales. El riesgo del sistema financiero considera, entre otras cosas, todos los aspectos que puedan generar volatilidad en el desempeño del sector asegurador.

Los resultados que entrega A.M. Best son totalmente imparciales y objetivos, gracias a las políticas que se manejan dentro de la agencia; además son fiel reflejo de la opinión de un tercero, independiente de la actividad aseguradora, sobre las competencias que posee una compañía de seguros para enfrentar sus obligaciones financieras.

Las compañías calificadoras del mundo, han hecho grandísimos esfuerzos para transparentar, en la medida de lo posible, sus metodologías y los criterios en los que se basan todos sus procesos de calificación, que además están en continuo escrutinio por reguladores y participantes del mercado global.

*Con información de Revista Mexicana de Seguros y Fianzas